Carta en el cristal

Carta en el cristal.


Profesor: Pablo Arranz.
Fecha: 21 de Febrero de 2018.


Efecto:
Un espectador elige una carta, la corta en cuatro trozos, los mezcla con mas trozos de otras cartas dentro de una bolsa y el mago, que no conoce la carta elegida, es capaz de averiguarla cogiendo los cuatro trozos de la misma que están dentro de la bolsa.

Material:
Una baraja, una copa o vaso de agua, una bolsa de papel opaca y rígida y un cristal o metacrilato transparente con base para poder apoyar en una superficie.

Colocación:
A la izquierda del mago, una mesa y sobre ella todo el material y a la derecha el espectador, todo bien junto, espectador, mago, mesa.

Desarrollo:
Este es un juego que permite muchas presentaciones, siendo posible personalizar según el estilo de la persona que lo va a llevar a cabo.
Además, si bien se puede hacer en un grupo pequeño de personas, es un juego muy bueno para hacer en un escenario.

El mago saca a una persona del público para que colabore, y una vez presentado, le enseña la bolsa que tiene encima de la mesa para que la examine y compruebe que es completamente normal, que no tiene nada dentro, ni ninguna cosa extraña. Esto mismo puede hacerlo con alguien del público. Una vez comprobado que la bolsa no tiene nada de especial y que está vacía, se deja nuevamente encima de la mesa.

A continuación, el mago coge la baraja, la muestra al público indicando que es completamente normal, la barajea y se la da al espectador, pidiéndole que la barajee también si quiere hacerlo y a continuación le pide que elija tres cartas, para que sea aún mas ajeno al dominio del mago, puede pedirle que se lleve el mazo a la espalda y sea ahí donde corte y seleccione las tres cartas superiores que quedaron tras el corte y una vez hecho esto le pide que se quede con ellas y devuelva al mago el resto.

Se le pide al espectador que las coloque en su mano en posición de jugar a las cartas (esta es una posición que todo el mundo entiende, no obstante, el mago coge también tres cartas y las coloca en esa posición para que quede claro como tiene que situarlas). Ahora le pedimos que se fije en una de ellas, y el mago se da la vuelta para no ver nada y se pide que la muestre a todo el público, una vez que todos la vieron le decimos que la ponga entre las otras dos para que esté mas escondida y así el mago no pueda verla (según se dice esto el mago se va volviendo para cerciorarse que efectivamente la pone en el centro, pero el mago no sabe de que carta se trata, solo sabe que realmente está en el centro). Seguidamente pedimos al espectador que cierre las cartas, haciendo un mazo de tres con la elegida en el centro completamente invisible.


El mago sujeta otras tres cartas en su mano en la misma posición que el espectador y le pide que haga lo mismo que él, situándolas en posición horizontal y escalándolas ligeramente, y a continuación se pide que las rompa despacito pero completamente por la mitad (como están ligeramente escaladas resultará mas fácil). En el momento que el espectador rompe las cartas, se puede hacer una broma diciendo algo así como ¡que has hecho!, nos hemos quedado sin las cartas, era una broma no había que romperlas, a ver como lo arreglamos ahora....”  y sin solución de continuidad decimos que “¡no pasa nada, pues jugamos con ellas rotas!”.

Le pedimos al espectador que sitúe uno de los dos montones de trozos de cartas encima del otro, que escale ligeramente los trozos (el mago va haciendo lo mismo) y que vuelva a romper, y que lo haga despacito y con cuidado para hacer trozos bastante iguales entre sí, y cuando ya los ha roto le pedimos que coloque un montón encima del otro.

En este momento hay 12 trocitos de cartas situados en la mano del espectador, y es necesario explicar a todo el mundo que como teniamos 3 cartas y las rompimos en 2 trozos cada una, pasamos a tener 6 trozos que a su vez rompimos en otros 2 más pequeños cada uno, por tanto ahora tenemos 12 trozos. Todo el mundo tiene que tener claro que hay 12 pedazos de carta.

Ahora acercamos la palma de la mano izquierda al espectador, mostrándola ante todo el público en una acción clara pero no expresa, para que todo el mundo vea que no hay nada en la mano del mago, que además tiene el brazo remangado, y pedimos que deje todos los trozos de carta sobre nuestra mano.

A continuación cogemos la bolsa (la tenemos cerquita, encima de la mesa) y se la damos al espectador, pidiéndole que vuelva a comprobar que está vacía y es completamente normal y seguidamente le pedimos que la sitúe en su mano izquierda y la eleve por encima de los hombros, así el mago (y tampoco el espectador, que es lo que queremos nosotros) podrá ver que hay en su interior.

Se dice que vamos a ir metiendo uno a uno los 12 trozos dentro de la bolsa (como puede resultar un poco largo esta acción al ir uno a uno, hay que tratar de hacer ameno este momento, adornándolo con cualquier presentación que no evite ver lo esencial, que es que todos los trozos se dejan dentro de la bolsa).

Se van contando claramente todos los trozos, cogiéndolos uno a uno con la mano derecha, sujetos entre el pulgar y el dedo medio, “¡Uno...!”, “¡Dos...!”.... “y ¡Doce!”
La cadencia seguida para introducir cada trocito debe ser similar, es decir, hay que tardar aproximadamente el mismo tiempo en colocar cada uno de los trozos dentro de la bolsa.
En el momento de iniciar el conteo, el mago, que sabe que la carta elegida por el espectador se situó en el medio de las otras dos, conoce la posición de los trozos que pertenecen a la elegida y serán el 2,5,8 y 11 y sirviéndose de este dato, cada vez que va a introducir alguno de ellos en la bolsa, cuando ya tiene la mano dentro los realiza una doblez antes de depositarlos, de esta manera serán fácilmente identificables por el tacto frente a aquellos que no están doblados.

Ya con todos los trozos dentro de la bolsa, el mago coge el cristal situándolo frente a los espectadores y cuidando que permanezca siempre en esta posición, e indica que va a ir sacando trocitos de la bolsa de uno en uno. Coge el primero y dice que la probabilidad que pertenezca a la carta elegida no es pequeña (25 %), y antes de sacarlo de la bolsa le quita la doblez, le muestra de dorso al público, le pasa por el agua y le pega (también de dorso) en el cristal. Va repitiendo la operación, haciendo notar en cada nuevo trozo lo improbable que resulta que todos fueran de la carta elegida, e incluso en el último dice que es prácticamente imposible, que cree que es algo que no ha pasado nunca. Cada vez que va a meter la mano en la bolsa, debe enseñarla bien, en un acto sin darle importancia, pero que quede claro a todo el mundo que no lleva nada en ella.

Finalizado el proceso tiene cuatro trozos pegados en el cristal, no necesariamente colocados en orden para dar forma a la carta, así que los mueve para colocarlos ordenados mientras va mostrando su sorpresa por el hecho de que parecen encajar en las zonas rotas como para formar una carta y cuando ya los tiene suficientemente juntos pregunta al espectador cual era la carta elegida y al contestar este, dice ¿en serio?, ¿era esa la carta?, ¿no sería otra, la recuerdas bien?” el público aquí puede pensar que no ha acertado y entonces, ya resuelve el juego volviendo el cristal mientras dice “¡Increíbleeee..., pues si tu carta está aquí sobre el cristalllll!!!!!”



Nota:
Como pedimos al espectador que pusiera la carta en el medio de las tres, sabemos que sus trozos estarán en la posición 2,5,8, y 11. Pero si el espectador no nos hizo caso o por error lo puso en otra posición, podemos realizar el juego igual siempre que sepamos si colocó la carta arriba o abajo.
Si la puso abajo, los trozos estarán en la posición 1,4,7, y 10.
Si la puso arriba, los trozos estarán en la posición 3,6,9 y 12.

Conociendo la posición de los trozos podemos realizar el juego.